La carne de cordero y lechal ha estado siempre asociada a situaciones especiales. Nunca ha sido una carne que comer a diario, ya sea por su intenso sabor o la sensación de exclusividad que se siente al paladearlo, pero siempre ha sido una carne reservada para momentos puntuales, para momentos de celebración. Bien es cierto que los nuevos cortes y presentaciones de carne de cordero y lechal que podemos encontrar en los mercados actualmente, como en filetes o hamburguesas, hacen que esta carne tan deliciosa deje de verse sólo como una carne de festejo y empiece a consumirse de manera más habitual, para gozo de nuestros estómagos y paladares. Pero eso no quita que la carne de cordero y lechal siga siendo, como siempre ha sido, una carne prácticamente obligada en muchas de las fechas señaladas en nuestro calendario. Las situaciones que relatamos a continuación, ciertamente, no serían lo mismo si no sirviéramos un plato de carne de cordero o lechal.
Celebraciones familiares
Las reuniones familiares importantes que tenemos a lo largo del año se pueden contar con los dedos de una mano. La Navidad, el día de Reyes o el cumpleaños de los más mayores de la familia, suelen ser las fechas más señaladas en el calendario familiar. Y no es para menos. No todos los días se reúne toda la familia, del más mayor al más pequeño, para disfrutar todos juntos de una velada de fiesta donde la buena comida es la piedra angular de la celebración.
En estas situaciones, y como no podía ser de otra manera, es habitual servir un plato con carne de cordero o lechal. De todos es sabido que en el período navideño la pierna de cordero es el plato estrella en casi todas las casas. Pero es que, no por tradicional, deja de ser menos sabroso y disfrutado por todos los comensales. Una buena pierna de cordero cocinada en su jugo lentamente al horno, con sus patatas y sus verduras es prácticamente insuperable. Estamos deseando que llegue ya la Navidad.
Pero, como decíamos, otra fecha subrayada es la celebración de los patriarcas y matriarcas de la familia. Poder disfrutar de su compañía un año más es toda una fiesta que merece la mayor de las galas. Eso sí, una gala de las de ir con zapatillas de ir por casa. Para esta fecha tan señalada la mejor opción es decidirse por preparar un buen guiso con carne de cordero o lechal. Se trata de un plato que a los mayores les encanta. Les recuerda a los guisos de sus madres y abuelas y, además, les resulta muy fácil de comer. Guisos con carne de cordero hay de todo tipo y para todos los gustos. Busca cuál es el que más se adapta a los gustos de toda la familia en general y disfrutar de un sabroso guiso de cordero que hará a vuestros mayores recordar y compartir los mejores momentos de su infancia.
Cumpleaños de los niños
A medida que nos vamos haciendo mayores y vamos cumpliendo años, parece como que la celebración de nuestro cumpleaños sea cada vez menos importante. Le vamos restando importancia a una fiesta que, en realidad, celebra la vida. Pero ese no es el caso de los más pequeños. Cuando llegan sus cumpleaños nos volcamos en ellos. Un montón de invitados, decoración, regalos… Parece que cada cumpleaños de un niño se haga sólo con la firme intención de crearle un bonito recuerdo que pueda rememorar cuando llegue a la edad en el que el día de tu cumpleaños parezca un día más del año.
Pero cuando estamos planeando esa fiesta de cumpleaños siempre nos asalta la misma duda, ¿qué preparamos de comer? A estas fiestas no sólo vienen los niños, ya que todos ellos vienen acompañados por sus padres y esto supone un dilema a la hora de determinar el menú. La solución es muy sencilla: carne de cordero o lechal. Prepara unas piruletas de cordero, con cebolla, bacon o lo que más le guste a tu pequeño. La presentación hará que los niños estén deseando probarlas y su sabor conquistará a niños y adultos por igual. Una apuesta segura.
La barbacoa que marca el comienzo del verano con los amigos
Parece que con la llegada del invierno nuestro grupo de amigos se apague. Todo el mundo está más centrado en su trabajo que en disfrutar de la vida, y los compromisos parecen multiplicarse a medida que el reloj le come horas al sol. Pero, cuando se empieza a notar la primavera todo cambia. Llega el momento de disfrutar de las terrazas y retomar las amistades aletargadas con el frío del invierno. Y, por supuesto, llega el pistoletazo definitivo al comienzo del verano: la barbacoa de inicio estival.
Esta barbacoa sirve para volver a ver a esos amigos del grupo con lo que tienes menos relación, con los que te pones al día, como si nada hubiera pasado, entre las brasas que anticipan el banquete que se va a servir; sirve para recordarte que la vida no está hecha para trabajar, sino todo lo contrario, mientras saboreas unos deliciosos churrascos y churrasquitos de carne de cordero que se han adelantado para el aperitivo; y sirven, principalmente, como la excusa, convertida ya en tradición inamovible, para disfrutar de un auténtico festín de carne de cordero o lechal a la brasa. Chuletas, costillas, hamburguesas… Todo vale siempre que sea de cordero y esté hecho en una barbacoa que ya habéis ido perfeccionando con los años hasta alcanzar la perfección.
La carne de cordero es casi obligatoria en muchas de nuestras fechas señaladas y así es como debe seguir siendo porque, ¿cómo sabríamos que estamos viviendo un momento especial sin el delicioso sabor de un plato de carne de cordero y lechal?