Realizar el menú semanal puede llegar a ser un tema muy tedioso. Siempre procuramos hacer una dieta variada y equilibrada, pero dentro de eso terminamos por comprar casi siempre lo mismo. La dieta semanal es como el resto de los días de la semana: algo rutinario y muchas veces aburrido. Algo por lo que tenemos que pasar para llegar al fin de semana y poder disfrutar de ese par de días libres que tanto hemos anhelado durante toda la semana y que tanto nos merecemos. Y es, precisamente, a esos días libres a los que les dedicamos toda nuestra energía, también en la cocina. Es durante el fin de semana cuando nos relajamos y nos ponemos creativos en los fogones, dejando que fluyan las nuevas ideas, probando nuevos platos y dándonos nuestros más que merecidos caprichos. Es un gran sentimiento de placer, ¿verdad? ¿Entonces por qué lo limitamos a tan solo dos días a la semana? ¿Por qué no tener nuestro momento de placer cuando más lo necesitamos?
Debemos empezar a pensar en el placer que nos supondría romper con la rutina y darnos un delicioso capricho después de un largo y duro día de trabajo en la ciudad. Debemos empezar a pensar en incluir la carne de cordero y lechal en nuestra dieta semanal. Al fin y al cabo, la vida son dos días, pero nadie dijo que fueran un fin de semana. La carne de cordero y lechal nos hace disfrutar de un sabor intenso y único que ninguna otra carne nos puede aportar; nos permite improvisar en la creación de un centenar de deliciosos platos, gracias a sus nuevos cortes; y nos da una sensación de exclusividad que nos reconforta incluso si todavía es lunes. La carne de cordero y lechal nos saca de la rutina en la que ha entrado nuestro paladar para recordarnos que un martes puede ser tan bueno como un sábado.
Su sabor
La carne de cordero y lechal tiene ese sabor único e inconfundible que nos transporta, a todos y cada uno de nosotros, a alguno de los mejores recuerdos de nuestras vidas. A los guisos de nuestras abuelas, a las cenas de navidad donde te rodeaba la magia, a la primera boda de un amigo… Su intenso sabor se nota a cada bocado, llenando nuestra boca de un conjunto de finos aromas que nos trasladan, por un momento, a las verdes praderas y altas montañas que han hecho de esta carne lo que es: un placer único que nos hace desconectar por un momento de nuestra rutina del día a día.
Cualquier día de la semana es bueno para dejarse llevar por las sensaciones que aporta un sabor tan vivo y tierno como el de la carne de cordero y lechal. Comerlo es un placer que comienza ya en el mismo momento en que empezamos a cocinarlo. Podemos prepararlo a la brasa, al horno o al fuego pero, sea como sea, el cordero tiene la habilidad de hacernos empezar a disfrutar desde el mismo momento en el que lo capta nuestro olfato. Desde ese mismo instante ya anticipamos el placer que sentiremos al comerlo. Y eso sólo lo puede conseguir una carne de un sabor tan especial como es la carne de cordero y lechal. Una carne que no se come, se degusta. Una carne que bien merece ser disfrutada cualquier día de la semana.
Su versatilidad
Por lo general todos tenemos la idea de que la carne de cordero y lechal sólo sirve para momentos concretos, y que sólo puede ser cocinada de una determinada manera. Esa creencia está basada, principalmente, en el hecho de que sólo pudiéramos encontrarla en el mercado en cortes de gran tamaño, como son la pierna, la paletilla o el costillar. Pero esto ya no es así, ya que ahora podemos encontrar la carne de cordero y lechal en unas porciones de menor tamaño, mucho más adecuadas para la cocina del día a día y que resultan mucho más cómodas de cocinar.
Entre estos nuevos cortes podemos encontrar tres nuevas maneras de comprar pierna de cordero y lechal: los medallones, los filetes y el tournedó. Tres nuevos cortes perfectos para una cena entre semana, ya sean a la plancha con guarnición o en una rica salsa. Podemos comprar dos nuevas piezas provenientes de la falda del cordero: el churrasco y el churrasquito; ideales para hacer una pequeña barbacoa a mitad de semana, para coger fuerzas. También tenemos la opción de adquirir dos nuevas piezas del cuello: el filete de carrillón y el collar; las piezas más preciadas del cordero por su ternura y sabor especialmente delicados. E incluso podemos conseguir pinchos morunos, brochetas y hamburguesas de carne de cordero y lechal, para esas noches en las que no nos apetece cocinar. Todo un abanico de posibilidades para salir de la rutina y probar nuevos platos llenos de matices y sabor.
Su exclusividad
La carne de cordero y lechal está considerada como una de las carnes más exclusivas del mercado, no solo porque acostumbremos a tomarla en ocasiones especiales, sino porque su alta calidad así lo avala. Nuestros corderos son criados en total libertad, de la manera más tradicional posible, alimentándose de la hierba de nuestros valles y montañas y pienso natural durante toda su vida. Esto se nota a cada bocado, y es que nada se valora más que un producto 100% natural en nuestro plato. Un lujo del que deberíamos disfrutar a diario.
La carne de cordero y lechal es ideal para romper con la rutina gastronómica que nosotros mismos nos hemos autoimpuesto cada semana. Y es que desconectar degustando deliciosos platos de cordero que rompan con nuestra rutina es un auténtico lujo al que deberíamos acostumbrarnos.