En el recorrido que están realizando a pie desde Extremadura hasta los Picos de Europa
INTEROVIC apoya al Grupo Operativo Ovinnova en su labor para la mejora de la competitividad del pastoreo trashumante
Una actividad milenaria de aprovechamiento de los mejores pastos cuya pérdida supone una amenaza a un rico patrimonio cultural, medioambiental y social
Apostar por el bienestar de las ovejas y las cabras buscando las mejores temperaturas ambientales. Fomentar el aprovechamiento de los pastos más nutritivos allí donde se producen. Estas son las razones por las que nace la Trashumancia, un tipo de manejo ganadero que mueve a los rebaños cientos de kilómetros para fomentar su cría en condiciones óptimas.
Este tipo de pastoreo tradicional está cayendo en desuso y con él, los beneficios que aporta. La dureza de las condiciones de vida de los pastores que la practican y el descenso del censo rural y sus oficios son algunas de las razones por las que mantener viva esta tradición corre peligro. El trasiego de los rebaños por el interior de nuestra geografía plantea beneficios a varios niveles que justifican el fomento de esta práctica.
Múltiples ventajas
Por un lado, las rutas de las cañadas reales son un patrimonio cultural de miles de kilómetros que lleva desde el siglo XII dándole visibilidad a la actividad ganadera. Esto ha generado un vasto patrimonio cultural que permite que los rebaños puedan incluso aspirar a recorrer el centro de las ciudades del siglo XXI.
Asimismo, la trashumancia ayuda al medio ambiente de varias formas. Los pastos que se mantienen para los rebaños realizan una interesante captura del carbono de la atmósfera para fijarlo al suelo. Por otro lado, las ovejas y cabras que se manejan de pueblo a pueblo contribuyen a la biodiversidad porque ejercen una labor de diseminación gracias al transporte de semillas a través de su lana.
Ejemplo visible
La labor del Grupo Operativo OVINNOVA que nació con el objetivo de mejorar la competitividad de esta actividad milenaria, adaptándola a las necesidades del S.XXI, está permitiendo fomentar la visibilidad de la trashumancia como una tradición milenaria en riesgo de desaparición. Gracias a la realización de una ruta real a pie a lo largo de casi 600 kilómetros por las comunidades autónomas de Extremadura, Castilla-La Mancha y culminando en Castilla y León. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de las administraciones municipales, nacionales y comunitarias para definir las bases para la mejora de la competitividad del pastoreo trashumante y crear un nuevo modelo de negocio de prestación de servicios ganaderos viable, productivo y competitivo.
Este recorrido pastoreando un rebaño de 1.400 cabezas de ganado ovino, de la ganadería de Francisco Morgado Galet, está permitiendo llenar el vacío que ha supuesto el abandono de la práctica de la trashumancia en cañadas aquejadas por el desuso. Cuando no se utilizan para el trasiego del ganado, los caminos se difuminan o desaparecen bajo la cubierta vegetal y las construcciones que no respetan estos pasos reconocidos por la ley y la costumbre. El consumo de carnes de lechal, cordero y cabrito contribuye a mantener vivo este recurso.